lunes, 19 de octubre de 2009

AMAR EN TIEMPO DEL NO TIEMPO


Flotan,

se escurren,

divagan,

se deslizan por su inopia

mudos y ausentes,

pretendiendo llegar antes que otro,

aplastando mentes

ajenas o propias,

o vendiendo lo que queda de alma

al mejor postor de turno.

Prostituyen su muerte asegurada

por el pan rancio de cada día,

y se van hinchando de miseria

hasta estallar en gritos calcinados.

A pocos les suena el nombre de Cristo,

pues tienen los oídos llenos

del tintineo que ensordece.

Muchos dicen que Edgar Cayce

profetizaba en aceite de ricino,

que Nostradamus vendía cannabis por las noches,

que Solari Parraviccini solo era

una sombra frustrada.

Y que los hopis,

mayas,

incas,

aymaras,

guaraníes,

toltecas,

aztecas

y demás ilusos de este mundo

perseguían mitos para ahuyentar sus miedos.

Todo esto comentan ciertas gentes,

criaturas macilentas que dan pena

a falta de poder dar otra cosa.

Mas flotan,

se escurren,

divagan,

se deslizan hacia una fosa común,

porque en su insaciedad de sí mismas

olvidaron lo fácil que es amar.

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